Hongos en la piel
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Nuestra piel es el órgano de mayor extensión de nuestro cuerpo y además expuesto al exterior. La primera vía de comunicación con nuestro entorno y el elemento menos protegido, pues nos enfrenta de modo continuo al exterior.
Determinadas condiciones ambientales pueden favorecer el desarrollo de hongos que estando en nuestra piel formando parte de la flora cutánea aumentan su numero de colonias y generen una clínica y patología que en algunos casos es recurrente.
Aquí hablamos de la pitiriasis versicolor, es una infección por hongos de carácter superficial, el hongo responsable es la malassezia una levadura que tiene unas necesidades lipídicas que la hace infrecuente en niños antes de la adolescencia o en ancianos y, sin embargo, convierte en mas fácil su desarrollo y crecimiento en adolescentes y adultos jóvenes.
Generalmente es una micosis con tendencia a la repetición y en la que influyen factores ambientales como el calor y la humedad, por lo que se aconseja (especialmente a las personas predispuestas) evitar la ropa de licra o derivados sintéticos (que incluyen plásticos en su composicion), favorecer el uso de algodón., evitar condiciones de humedad, duchas inmediatas tras el ejercicion físico…. Pueden influir además la ingesta de antibióticos que reduce la flora bacteriana y favorece el desarrollo de este y otros hongos en piel y mucosas. Por estas condiciones de predisposición es mas frecuente en climas tropicales o subtropicales.
Este hongo forma parte de la flora cutánea por lo que no es contagiosa, ni se transmite a través de escamas de la piel, su desarrollo se produce solo por la existencia de factores predisponentes que favorecen el crecimiento del hongo en la piel.
La enfermedad se caracteriza por la aparición de placas inicialmente de coloración parda o rosada y descamativas, generalmente en el tronco (espalda y pecho) en área ricas en lípidos, aunque su extensión puede aumentar a brazos y cuello. La clínica puede asociar además de las alteraciones de pigmentación síntomas de prurito e irritación local
Con el tiempo se produce una despigmentación de las placas, en esta fase suele reducirse el prurito pero la despigmentación causada por el ácido azelaico que produce la malazzezia en su metabolismo genera despigmentación y además reducción en la capacidad de los melanocitos de sintetizar nueva melanina. Por ello la despigmentación puede persistir durante meses después de la resolución de la enfermedad y que mientras persiste la infección la exposición a radiación ultravioleta no conlleva la síntesis de melanina.
El diagnostico siempre es clínico, aunque puede utilizarse luz de Wood en el diagnostico (una lampara de luz que aplicada en la zona manifiesta una coloración amarillenta o verdosa).
El tratamiento siempre incluye antimicóticos en crema o sistémicos según la intensidad de la afectación, (tanto relativa a la extensión como al tiempo de evolución de la misma) pero es muy importante recordar que las placas despigmentadas permanecen varios meses y requieren nueva exposición a radiación ultravioleta.
Quizás lo mas relevante sea la reaparición frecuente de la clínica cuando las condiciones ambientales favorables se repiten y en estos casos la llegada del calor suele favorecerlo, por lo que el paciente sufre una manchas blancas residuales inestéticas durante todo el verano. En estos casos de recurrencias se pueden plantear tratamientos preventivos con antimicóticos orales una vez al mes, pues se trata de un gran condicionante social que afecta emocionalmente al individuo por su persistencia y reaparición.
Lo importante es recordar:
• Uso de ropa de algodón incluso en la practica deportiva
• En caso de sudoración ducha y limpieza y cambio de ropa
• Valorar predisposición y en este caso estar atentos ante la llegada del calor, o la ingesta de antibióticos que lo pueden favorecer, abordando terapias preventivas
• No es contagiosa luego no debería afectar las relaciones familiares del paciente
Siempre recordar que la consulta a nuestro dermatólogo nos puede ayudar a controlar problemas que no han de ser crónicos ni suponer una limitación vital.
Dra. Elisa Pinto
Jefe de Dermatología Hospital Ruber Juan Bravo 39, Madrid
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